domingo, 11 de noviembre de 2012

LA VUELTA AL MUNDO SOBRE RAILES:EL TREN MARCO POLO EXPRESS




Los miles de kilómetros que se extienden desde Arabia hasta la China eran recorridos cada año por las caravanas que formaron durante siglos una corriente casi ininterrumpida de ideas, arte, personas y religiones. No es fácil en nuestros días recorrer esta ruta en parte o en su totalidad, pero EL MARCO POLO EXPRESS nos permite evocar este histórico recorrido por la antigua ruta que partía de Xian en China, y atravesaba Lanzhou, Jiuquan y Yumen, para avanzar despues por las montañas hacia la meseta de Pamir y luego proseguir por Persia hasta el Mediterráneo. Con esta historia a sus espaldas,
EL MARCO POLO EXPRESS no es un tren más de los que recorren remotos y exóticos lugares. Tiene un largo trayecto que va desde Beijing hasta Urumchi, casi en la frontera noroccidental con la república de Kazajstan. Es un tren de lujo en el que los pasajeros se acomodan en agradables camarotes con baño individual.

Para comprender el camino, conviene visitar Beijing con detenimiento. Esta majestuosa ciudad, que durante 1.000 años fue capital de un imperio, es ahora una urbe moderna, pero no exenta de impresionantes templos, monumentos históricos, palacios y museos. Los lugares más visitados son la Plaza de Tiananmen, considerada como la mayor del mundo, y la Ciudad Prohibida, rodeada por un foso, y protegida por una muralla de más de 10 metros de altura. En un marco como éste, es fácil imaginar el fasto y boato de aquellos emperadores de las dinastías Ming y Quing que lo utilizaron como Palacio Imperial. Otras visitas esenciales con el templo del Cielo y el Parque de la Colina Perfumada, en las afueras de Beijing. Y por supuesto, la Gran Muralla, aunque para verla es necesario salir de la ciudad, antes de partir rumbo al interior del país en tren, que sale a última hora de la tarde de la gran estación de la capital de China
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El viaje en el MARCO POLO ESPRESS comienza con una magnífica cena, mientras se toma rumbo hacia Xian, punto de arranque de la Ruta de la Seda. Esta ciudad fue en otro tiempo una de las mayores del mundo y la capital de II dinastías, desde el siglo II antes de Cristo hasta el siglo X despues de Cristo. Aqui conviene detenerse para ver la tumba del emperador Qin Shi Huangdi, donde en 1.974 se encontraron los famosos soldados de terracota. Tras la visita de la ciudad amurallada, la Torre de la Campana, la Gran Mezquita- una de las más grandes de toda China- y el Museo Provincial, llega el momento de volver al tren y reemprender el camino hacia Lanzhou, donde se puede hacer un crucero por el río amarillo. Esta es la segunda ciudad más importante del noroeste de China y un cruce de los caminos entre el este y el oeste del país, como también lo fue en los tiempos de la Ruta de la Seda.


En la región de Jiayuguan el tren avanza por el corredor de Gansu, una zona montañosa que se adentra hacia Mongolia Interior y el desierto de Gobi. En Liuyuan hay autobuses que van a Dunhuang, otra de las ciudades de la Ruta de la Seda y un punto de intercambio cultural. Las horas discurren paseando en camello por las dunas de arena de Mingsha o por las orillas del lago Crescent. El tren llega por la mañana a Turfan, en el centro de la depresión del mismo nombre. Está a unos 154 metros bajo el nivel del mar, y es el lugar más bajo de Asia. Alli las temperaturas en verano superan los 50 grados por lo que es conocida como el horno de China.
Las aguas del oasis provienen de los altos picos que rodean la ciudad gracias a un intrencado sistema de canales subterráneos y que son un prodigio de la ingenieria y se conocen como La Gran Muralla Subterránea . Sólo así se explican sus cultivos de vides, melones y algodón. Se pueden visitar las ruínas de la antigua ciudad de Gaochang, con altísimas murallas y anchas calles en las que se dintinguen viejas viviendas, templos, teatros y tiendas.
Y por fin el tren se encamina hacia su destino, Urumchi, donde conviven 13 nacionalidades. Situada en una ladera de las Montañas Celestiales, esta ciudad despide a los pasajeros del MARCO POLO EXPRESS con una maravillosa vista de las montañas y un animado mercado con el que es fácil transportarse a los tiempos de la Ruta de la Seda. Pero queda mucho por ver, aunque no se quieran-o no se puedan- seguir los pasosde Marco Polo.